Semana Zángana 08

La tan esperada y corta Semana Mayor.

Desde el último feriado, que si no estoy mal fue ninguno, esperaba con muchas ansias la Semana Santa, cada vez la veía mas y más cerca y aun no sabia que iba a hacer, hasta que decidimos irnos de carbagpackers con mis mejores amigos al caribe guatemalteco, ufff, un lugar increíble que la verdad poco conozco pero siempre que voy me quedo con muchas más ganas de seguirlo conociendo।

Entre carreras y estrés logre terminar proyectos de la u para estar libre y podes gozar tranquilamente desde el miércoles hasta el domingo santo, llego la hora, el martes solo tuve la presentación final de Comunicaciones Corporativa “Que por cierto quedo muy bonita” y punto final, “dije yo”, ahora si ya me puedo quedar tranquilo y disfrutar de tan esperado y deseado descansito veraniego.

Empieza la travesía de carbagpackers:

Debido a que los nenes parrandearon el miércoles paramos saliendo hasta como las 9:30 de la mañana de la ciudad rumbo para el norte de nuestra Guatemala, en el trayecto pasamos comiendo carnitas al rancho, tortillas de gallina, ticucas (que por cierto se las recomiendo, dobladitas de queso y loroco, mmm que hambre me dio), uvas de Zacapa (que por cierto me habían dicho que eran súper acidas pero quesi no, estaban ricas) y hasta un coco nos queríamos echar pero si ya era demasiado, capaz que parábamos cagones y como no sabíamos cual eran las condiciones de nuestra cabaña mejor decidimos evitar posible contratiempos, jajaja.

Después de 248 kilómetros arribamos a nuestro primer destino, Playa Dorada, llegamos al área principal y cual es nuestra sorpresa; Había frío, estaba nublado, estaba pringuiando y la playa del lago parecía hormiguero, habían ventas de comida casi que adentro del lago pues, definitivamente no era una playa dorada que un día conocí.

Ni modo ya estábamos allí y nos tocaba localizar el hotel que había contactado, nos enseñaron la cabaña rustica, bueno, no estaba tan mal pero tenia un gran pero gran problema, NO TENIA BAÑO PRIVADO, jajaja, y seguían las sorpresas de playa dorada.

Bueno ya estábamos allí y yo con una gran pena porque les había contado a todos que playa dorada era increíble, pero que si no, el lugar era bonito pero en la temporada de semana santa era un fiasco।

Nos quedamos, almorzamos las típicas tortillas de harina y nos dispusimos a descansar en nuestra súper cabaña rustica por un buen tiempo, hasta que llego el Rigo y Kilder y decidimos ir a probar el agua del lago, había friíto, pero el agua estaba tibia, el martirio era entrar porque habían como tres metros de piedras en la playa que dolían al entrar, jajaja, pero bueno después del martirio de entrada ya era placentero esta en el lago, tranquilo, pocas olas, sin algas y se podía llegar lejos porque era poco hondo।

Después del respectivo chapuzón y el martirio de volver a salir entre piedras decidimos irnos a cambiar para cenar y explorar el territorio en busqueda del respectivo chinique o la pollada, nuevamente cenamos tortillas de harina y localizamos el único barcito medio bonito, donde mis deseadas cervecitas favoritas estaban a Q। 10.00 bonito precio veda, jajaja.

Luego de la respectiva indagación nos contaron que ese bar a partir de las nueve de la noche se volvía discoteca y se ponía re alegre, pero quesi nooooo, jajaja, efectivamente se volvió disco pero no era alegre, por lo que después de una buena cantidad de cervezas nos dispusimos retirarnos a dormir placenteramente।

La dormida fue un caso, porque por salir corriendo nadie llevo almohadas ni sabanas y la pinché cabaña si tenia almohadas pero horribles y las sabanas si que nanai y como era rustica por todos lados le entraba el chiflón, jajaja, fue un caso, pero si dormimos।

Al día siguiente nos subimos a la famosa banana (bote inflable el cual lo jala una lancha y va a alta velocidad por el lago), solo nos pusimos nuestros chalecos salvavidas y nos fuimos, ya en la segunda vuelta y de tanto fregar nos dimos vuelta, jajaja, que miedo pues, en medio del lago y solo los chalecos nos mantenían a flote, porque llega un momento en que se cansan las piernas de tanto tratar de nadar, pero pues al fin nos subimos nuevamente y de regreso, solo que ahora ya sin fregar para que no se volviera a dar vuelta, estuvo re alegre.

Nos bañamos, desayunamos y nos fuimos de playa dorada con destino Puerto Barrios a comernos nuestro respectivo Tapado, plato típico de Izabal, es un caldo de mariscos, con un montón de crustáceo jajaja, jaibas, camarones, pescado y caracol, lo más relevante es que esta hecho a base de leche de coco y plátano verde, ummm es una mezcla bien exótica y da un sabor exquisito, nos echamos nuestro tapado y nos dispusimos agarrar carretera nuevamente a Chiquimula City para conocer al fin el amado pueblo del Rigoberto, ya allá se junto con nosotros Daniel y nuevamente volvimos a armar el grupo, descansamos nos bañamos y al fin entramos a un baño digno, jajaja।

Por la noche fuimos a las posas termales de Camotan, uff que calientes esas cosas, supuestamente la primera posa es donde viene el agua casi del volcán y de allí se van filtrando hacia las otras posas hasta llegar a la ultima que es la que esta tibia, pero fue una experiencia bonita e interesante।

Y ya el sábado nos venimos de regreso a la realidad capitalina, todavía había un día para descansar pero lo utilice para terminar unas tareitas y ya el lunes de regreso a la realidad labora।

En resumen fue una semana santa muy tranquila, más de 700 kilómetros recorridos de nuestra querida y rica Guatemala, sin excesos, sin sol, sin parrandeada, pero eso si bien relajada, cumplimos con el objetivo de carbagpackers, ahorramos bastante y a pesar de las sorpresas nos la pasamos súper bien.